Cada uno de nosotros elige literalmente, según su manera de atender a las cosas, qué tipo de universo le gustaría pensar que habita.
Mindfulness
La práctica de atender detenidamente a los detalles de la experiencia presente es probablemente tan antigua como la humanidad misma. Pero el hacer esto de manera deliberada y estructurada puede tener sus raíces en las tradiciones espirituales de la antigua India. Podemos decir que el mindfulness apoya empíricamente lo que se ha venido conociendo experiencialmente desde hace milenios y surge de la meditación vipassana del budismo theravada. La palabra mindfulness es la traducción al inglés de la palabra sati, originaria de la lengua pali de la tradición budista. Sati significa percatarnos, prestar atención, darnos cuenta. Es prestar atención a lo más relevante del momento presente sin juicio.
Traducida literalmente al castellano es “atención plena” o “conciencia plena”. Igualmente, podemos encontrar una estrecha relación entre el mindfulness y el concepto gestáltico de darse cuenta. “La terapia gestáltica, al enfatizar el continuum del darse cuenta propio y del mundo, es una forma (T ao) de vivir y realzar la propia experiencia. Es no analítica. Intenta integrar lo fragmentado, la personalidad dividida por medio de un enfoque no interpretativo del aquí-y-ahora” (Yontef, 1995, citando a Perls). Mindfulness y Gestalt coinciden en enfatizar el darse cuenta (awareness) como conciencia inmediata, en su interés por la presencia de la persona en el presente y por estar abiertos a la experiencia más allá de juicios y conceptualizaciones que nos alejen de la misma.
“La terapia Gestalt concibe el “darse cuenta” como el proceso de restauración de la salud, entendiendo que la neurosis es un oscurecimiento de la capacidad de percibir (a sí mismo, al mundo…) y el camino corrector es ir sanando esa ceguera” (F. Peñarrubia, 1998).
El interés por la filosofía y la meditación oriental arraigó en los años sesenta y setenta del siglo pasado en occidente como medio para conseguir la liberación emocional. Fritz Perls estudió zen en Japón en 1962 y concluyó: “El fenómeno experimentado es la Gestalt definitiva”. Muchos otros psicoterapeutas, de manera paulatina, empezaron a asociar su práctica de meditación personal al trabajo clínico y la psicología clínica empezó a ir a la par que la investigación sobre la meditación.
La forma más básica y accesible de las antiguas artes de meditación hindúes y budistas está ejerciendo un influjo muy importante en toda una amplia gama de profesiones científicas y terapéuticas contemporáneas. Hoy día, en círculos clínicos, la meditación se ha convertido en uno de los más estudiados métodos psicoterapéuticos. En la actualidad tenemos intervenciones estructuradas basadas en mindfulness que se están aplicando tanto en la práctica clínica (trastornos de ansiedad, depresión, trastornos de personalidad, conductas adictivas, estrés postraumático, trastorno obsesivo compulsivo, trastornos de la conducta alimentaria, etc.) como en el ámbito empresarial y educativo.
Dirige
Juan José Enrique Fernández
Psicólogo. Colegiado A-1013. Psicoterapeuta. Formación en Terapia Gestalt en la Escuela Madrileña de Terapia Gestalt. Psicoterapia Clínica Integrativa en el I.P.E.T.G. de Alicante. Análisis Transaccional en el Gabinete de Análisis Transaccional de Zaragoza. Eneagrama en el I.P.E.T.G. de Alicante. Focusing en el Instituto Español de Focusing. Profesor Y formador de Yoga y Meditación. Miembro de la Asociación Española de Terapia Gestalt.
Consulta de psicoterapia desde 1.999. Habilitado para el ejercicio de la Psicología Sanitaria por el Gobierno de Aragón.